La campaña ‘Apadrina un tubo’ busca aportaciones que, desde 50 euros, ayuden a financiar la restauración del órgano barroco de la catedral de El Salvador y Santa María de Orihuela, que debido a su estado solo está al 10 por ciento de su capacidad.
En principio se necesitan 400.000 euros, aunque los primeros 90.000 serán aportados por la Generalitat Valenciana.
Más de 3.000 tubos forman este órgano que, a lo largo de su historia, ha sido sometido a alguna restauración, siendo la más importante la practicada a finales del siglo XIX. Sin embargo, desde hace un tiempo, según Ramón Cano, canónigo organista, “no está sonando con todo su potencial, sólo a un diez por ciento de su capacidad”. “Está en agonía, en un proceso de posible colapso y no queremos llegar a eso. Por ello, queremos implicar a la ciudadanía e instituciones”, ha dicho Cano.
‘Apadrina un tubo’ reconocerá y difundirá públicamente a las entidades, instituciones y empresas que, generosamente, contribuyan a este fin, lo que posibilitará la utilización asidua del instrumento, no solo para la liturgia sino también para conciertos y actividades culturales. A través de esta campaña, “cualquier persona podrá apadrinar un tubo desde 50 euros, hasta los tubos de excelencia, dirigidos a los patrocinadores, a las grandes empresas”. Así lo ha explicado el deán de la Catedral de Orihuela, José Antonio Gea, quien ha presentado esta tarde en la propia catedral tanto la campaña como el proyecto de restauración, que se extenderá unos doce meses. Junto a él han estado presentes los miembros de la comisión de restauración creada y los organeros.
Uno de estos organeros es Frédéric Desmottes, quién se está haciendo cargo de la primera fase de la restauración realizado por Nicolás de Salanova y Martín de Userralde en València en 1733. Tiene más de 72 registros, cadereta y gran trompetería de batalla. Según los expertos, junto con el de Morella (Castellón), es uno de los órganos históricos más importantes del Antiguo Reino de Valencia, y requiere de una “urgente restauración” para evitar un “deterioro irrecuperable”.
Con el acto de esta tarde se ha dado comienzo a la primera fase, que consiste en el desmontaje de esta pieza de gran valor artístico y patrimonial del siglo XVIII. “Estamos desmontando y limpiando la parte interior del órgano. Clasificamos los tubos, los empaquetamos y los guardamos en cajones especiales. Después, en taller, se hará un estudio exhaustivo de cada tubería para ver su situación y ver cuáles hay que hacer nuevos para reconstruir la parte instrumental, que está muy deteriorada”, ha explicado Desmottes. En esta línea, ha contado que, tras esta actuación, tendrán que ver cómo desmontar la parte más importante del órgano: los secretos. “Son las piezas más grandes, sujetan todos los tubos y distribuyen el aire. Para sacarla habrá que montar, seguramente, un andamio”. EFE
